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jueves, 22 de agosto de 2019

La pornografía es muy buena para la salud


La pornografía es muy buena para la salud. Y no es de extrañar que muchas personas se sorprendan grandemente (y quizás gratamente) al leer un artículo como este, y otras tantas decidan simplemente quedarse con la curiosidad y juzguen el artículo sin siquiera tomarse el tiempo de leer.

Pero lo cierto es que este no es un artículo sobre la pornografía. Este es simplemente un artículo que busca explicar cómo funcionan las cosas en el mundo de las comunicaciones, así que lamento haber decepcionado a todos aquellos que esperaban encontrar un "tratado científico" donde se avale y se aplauda a la pornografía.

Los expertos en marketing y publicidad buscan permanentemente la forma de llamar la atención de las personas, y una de las maneras más comunes de hacerlo, es a través de algo que se conoce como “clickbait” y que, en pocas palabras, no es nada que un engaño controlado que tiene como propósito hacer que las personas lean contenidos específicos en Internet.


¿Qué es el clickbait?

Con toda seguridad, este artículo será leído por muchas más personas, por el simple hecho de que tiene un titular llamativo que va en contravía de la idea general que se tiene acerca de la pornografía. Si este artículo se titulara “¿qué es el clickbait?”, muy probablemente a nadie le llamaría la atención. Pero en este caso, como su título corresponde a un tema que a la mayoría de la población le interesa, las posibilidades de que este escrito tenga muchos lectores, se incrementan exponencialmente.

“Todo entra por los ojos”, dice el adagio popular, y los expertos en marketing lo saben de sobra. El clickbait que se aplica principalmente en Internet (YouTube por ejemplo está a reventar de esta práctica) también se aplica en la vida real. Los noticieros en la televisión, los periódicos, las revistas, saben de esto demasiado.

Un titular llamativo, siempre hará que las personas movidas por la curiosidad o el morbo, se animen a sentarse a ver un noticiero o decidan comprar un periódico o una revista simplemente para saber de qué es lo que habla el artículo que aparece en una portada que atrae la atención de los lectores.

Somos seres fácilmente manipulables y la ciencia del marketing lo ha tenido claro desde siempre. Cuando vamos a un supermarket a hacer una compra, creemos que estamos decidiendo libremente sobre lo que queremos comprar, pero lo que no sabemos, es que, en la mayoría de las ocasiones, no existe tal libertad.

Los empaques de los productos son cuidadosamente diseñados para que se active el deseo de comprar en las personas, incluso cuando aquello que compran es algo que no están necesitando en este momento.

La publicidad subliminal es de igual manera un método efectivo de ganar compradores en medio de una jungla de productos y artículos de toda clase que las empresas ponen en venta, a la espera de ser adquiridos por los posibles compradores de una comunidad.

¿Se ha desilusionado al no encontrar la respuesta al por qué la pornografía es buena para la salud?, si es así, no se preocupe. Tal vez haya sido más importante el que se haya dado cuenta de la forma como caemos en la trampa frente a los medios de comunicación.

En todas partes existen señuelos buscando peces que caigan en la red. Dondequiera que vamos en el mundo físico, y en dondequiera que algo se comercie, siempre existirá alguien buscando hacernos comprar alguna cosa. Y en el mundo digital, la situación es aún mucho peor.

No existe un solo sitio en Internet en donde no aparezca un anuncio publicitario, y la razón para que esto sea así es muy fácil de explicar. Quienes nos tomamos el tiempo de escribir contenidos que las personas desean leer, no recibimos por lo general ninguna clase de pago por ello. Lo hacemos simplemente porque nos gusta escribir y porque tenemos información que puede llegar a ser de interés para las personas. Pero acaso ¿quién ha dicho que no se pueda ganar dinero para vivir haciendo algo que a uno le gusta hacer?


De algo hay que vivir

Ningún lector paga un solo centavo por leer un artículo en Internet. A nadie le cobran absolutamente nada por ver la información disponible en la red y que es interminable. Mucha de esa información, es valiosa e instructiva y a pesar de ello, todo el mundo accede a ella de manera gratuita.

Pero las empresas que desean captar la atención de los compradores, necesitan espacios donde publicar sus anuncios. Esos anuncios son los que las personas suelen ver en los diferentes sitios de Internet y el creador del contenido en donde esos anuncios pueden publicarse, gana solo unos cuantos centavos de dólar por cada vez que alguien mira su contenido y le da un vistazo a la publicidad presente.

¿Centavos de dólar?, sí, centavos de dólar. Pero si muchas personas, tal vez cientos o miles se animan a leer los contenidos y a darle una mirada a los anuncios, entonces el creador del contenido puede llegar a recibir con algo de suerte, miles de centavos de dólar, y miles de centavos de dólar pueden llegar a ser algunos cuantos cientos de dólares con los que se puede pagar un alquiler, comprar comida, pagar la educación de los hijos, etc.

Después de todo lo leído, lo único cierto es que a partir de este momento usted ya tiene una idea mucho más clara sobre la forma como opera el mundo visto desde la perspectiva de la publicidad. La mitad de las personas, buscan llamar la atención de la otra mitad para que todos puedan recibir un beneficio. Quien compra, con algo suerte compra algo que en verdad necesitaba, quien vende, le encuentra sentido a su negocio, y quien promueve este acto de comprar y vender, simplemente recibe un pequeño beneficio por ayudar a conectar a los compradores y a los vendedores para que la economía se mantenga siempre en movimiento.

Para terminar, si quiere jugarle una broma a sus amigos o amigas amantes del mundano placer de la pornografía, comparta este artículo con ellos. No aprenderán nada sobre la pornografía, pero sin lugar a dudas si aprenderán al menos en parte, como es que funciona el engaño en el mundo de las comunicaciones, el mercadeo y la publicidad.

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