Tener una mascota en casa mejora la salud

Los animales de compañía como los perros y los gatos, pueden mejorar la salud del corazón al reducir la presión arterial y regular la frecuencia cardíaca durante situaciones estresantes. En un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de New York en el año 2002, los investigadores midieron los cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial entre las personas que tenían un perro o un gato, en comparación con los que no lo tenían, cuando los participantes estaban bajo estrés, intentando resolver una tarea matemática programada. Las personas que tenían un perro o un gato tuvieron una frecuencia cardíaca en reposo más baja y mejores mediciones en la presión arterial al comienzo del experimento, que aquellas personas que no eran propietarios de mascotas. Las personas con un perro o un gato también eran menos propensas a tener picos en las frecuencias cardíacas y la presión arterial mientras realizaban la prueba de matemáticas, y sus frecuencias cardíacas y la presión arterial volvían a la normalidad mucho más rápidamente frente a aquellas personas que no gustaban de tener animales en sus casas.

Un estudio similar llevado a cabo por la Universidad de Toronto, descubrió que tener un perro o un gato en la habitación reduce la presión arterial de una mejor manera mejor que tomar un tipo popular de medicamento para la presión arterial cuando se está bajo niveles de estrés. Dichas investigaciones han indicado que el simple hecho de acariciar a una mascota de forma continua en el tiempo, puede ayudar a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol en la sangre.


Las mascotas y los niños

La exposición de los niños a los animales de compañía también puede aliviar la ansiedad. Por ejemplo, en un estudio llevado a cabo por la Universidad de Nebraska en los Estados Unidos, se midió la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la angustia conductual en niños sanos de 3 a 6 años de edad en dos visitas médicas diferentes para exámenes físicos de rutina. En una visita, un perro amigable que no estaba relacionado con el niño, estaba presente en la habitación y en la otra visita el perro estaba ausente. Cuando el perro estaba presente, los niños tenían medidas de presión arterial más bajas, ritmos cardíacos más bajos y menos angustia conductual. Cuando el perro no estaba presente, los niños se mostraban mucho más nerviosos y tímidos frente a la revisión médica a la que eran sometidos.

Los hallazgos realizados por los investigadores a lo largo de los años, sugieren que el apoyo social que proporciona una mascota puede hacer que una persona se sienta más relajada y que sus niveles de estrés disminuyan notablemente. El apoyo social de amigos y familiares puede tener beneficios similares, pero las relaciones interpersonales a menudo causan estrés, mientras que las relaciones con las mascotas pueden ser menos propensas a causar ese mismo estrés. El apoyo social proporcionado por una mascota también puede fomentar más interacciones sociales con las personas, reduciendo los sentimientos de aislamiento o soledad. Por ejemplo, se ha descubierto que aquellas personas que salen a caminar con un perro, a menudo aumentan la interacción social, especialmente con extraños, en comparación con aquellas personas que salen a caminar completamente solas.

Las mascotas y los adultos mayores

En el caso de las personas mayores, el tener una mascota también es una fuente importante de apoyo social que ayuda a mejorar el bienestar. En un estudio realizado, los ancianos que tenían un perro o un gato eran más capaces de realizar ciertas actividades físicas que se consideran complejas en las personas mayores, como la capacidad de subir escaleras, agacharse, arrodillarse, preparar comidas, bañarse y vestirse por sí mismos. El hecho de que las personas mayores cuenten con una mascota a la cual deban cuidar, los hace tener un mayor sentido de responsabilidad y propósito que contribuye en gran medida a su bienestar general.

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Un gran estudio alemán llevado a cabo entre los años de 1996 y 2001, recopiló a través de una encuesta, información sobre mascotas (perros, gatos, caballos, peces, pájaros, conejos u otros animales) de entre más de 9.000 personas. La encuesta incluyó una serie de temas de salud, económicos y laborales, de modo que los encuestados no se darían cuenta del interés de los investigadores en una relación entre las mascotas y la salud. Los investigadores encontraron que las personas que dijeron que tenían una mascota eran las que menos visitaban al médico, las que menos se tomaban días libres por enfermedad en el trabajo, y las que hacían ejercicio con más frecuencia. En otras palabras, las personas con mascotas en su hogar, gozaban de un mejor estado de salud que aquellas personas que no estaban acostumbradas a vivir con animales de compañía.


Las mascotas y la buena salud

Tener una mascota en casa mejora la salud, de eso no la cabe la menor duda ya que ha sido demostrado ampliamente a lo largo del tiempo. Si bien hay excepciones en aquellos casos en donde las personas pueden llegar a ser alérgicas al pelo de sus mascotas y desarrollar padecimientos como el asma por esta razón, lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones en que esto sucede, son casos que pueden considerarse aislados. En otras palabras, la norma no es enfermarse por tener una mascota en casa, sino todo lo contrario. El beneficio asociado al bienestar físico que se desprende de tener una mascota en casa, es ampliamente mayor, comparado con el número de personas que puedan ver afectada su salud de manera negativa por compartir su vivienda con un animal de compañía.

Las mascotas ayudan a los seres humanos a tener un mejor estado de salud, a estar más disponibles y más abiertos frente a los demás, y en términos generales, a sentirse más optimistas y positivos frente a la vida, y esto tal vez sea más fácil de explicar de lo que parece, sobre todo teniendo en cuenta que los animales de compañía en su gran mayoría, son transmisores naturales de amor, de paz y de armonía. La convivencia con alguna clase de mascota, casi siempre le dará a quien decide tener un animal en casa, la posibilidad de sentirse mucho mejor consigo mismo y con su entorno.