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miércoles, 4 de diciembre de 2019

4 frases que los padres nunca les deben decir a sus hijos


Ser padres no es una tarea fácil. No existe un manual de instrucciones para educar a los hijos, y muchas veces cuando los padres ni siquiera han sabido cómo educarse a sí mismos, se enfrentan a la difícil tarea de intentar educar a sus propios hijos.

En este proceso en el que se aprende “sobre la marcha”, son muchos los errores que los padres cometen con sus hijos y que terminan por dejar profundas huellas imborrables en ellos, que salen a relucir con el paso del tiempo.


Sumado a lo anterior, está el hecho de que no todos los días son días fáciles, y en los días difíciles de la vida, es muy simple dejarse llevar por la ira, por el odio, por el miedo, perjudicando de esa manera la salud de los hijos que, por mala fortuna, se cruzan en el camino de sus padres en esos momentos no deseados.

Cuando esto ocurre, cuando los padres no están de buen humor y son incapaces de controlarse, suelen hacer o decir muchas cosas a sus propios hijos que, a decir verdad, nunca deberían decirse o hacerse, sobre todo cuando se espera que los propios hijos sean personas que brillen en la vida con luz propia.

Esta clase de conductas son especialmente perjudiciales para los hijos porque son actuaciones que se cometen por enojo y ante las que muchas veces los padres son incapaces de reconocer que han cometido un error para posteriormente ofrecer una disculpa por aquello que han dicho o que han hecho de manera indebida.

Uno de los errores más comunes que cometen los padres con los hijos, es el decirles a sus hijos cosas cuando son pequeños que, en lugar de ayudarles a hacer crecer su seguridad y su autoestima, ocasionan justamente todo lo contrario.

Las palabras que no se deben decir, pero que aun así se dicen, marcan de una manera totalmente negativa lo que una persona será cuando llegue a la edad adulta y deba valerse por sí misma frente a los diferentes retos que la vida tiene para ofrecer.

Si usted es un padre o una madre que busca hacer de sus hijos grandes personas, pase lo que pase, nunca les diga a sus hijos ninguna de las siguientes frases:




Tu no puedes

Cuando a un hijo se le dice que no puede, sobre todo cuando aún está pequeño, en su inconsciente queda grabado ese mensaje casi con tinta indeleble, y es un mensaje que muy seguramente cuando ese niño o niña sea una persona adulta, le va a impedir realizarse como persona en la forma en que quisiera poder lograrlo.

Todo en esta vida es posible y lo único que las personas necesitan para poder hacer todo cuanto sueñan, todo cuanto quieren y anhelan, es justamente creer en que no existe nada que pueda ser considerado un imposible.

Nunca se les debe transmitir a los hijos la sensación de inseguridad. Los miedos de los padres, no deben ser necesariamente los mismos miedos de los hijos.

Anime a sus hijos justamente con frases motivadoras que los lleven a desarrollar todo su potencial a lo largo de la vida. Las frases correctas dichas en el momento oportuno, son el motor que impulsa a los hijos desde cuando están pequeños, para desarrollarse siempre de la mejor manera posible.

Tu no eres capaz

¿Quien puede afirmar que un ser humano no es capaz de hacer cualquier cosa que desee hacer? No deberían ser los padres los que le enseñen esto a sus propios hijos.

Un niño pequeño, con entrenamiento, con educación, con amor, con disciplina, es capaz de hacer absolutamente cualquier cosa.


No existen genios o personas superdotadas que estén por encima de los demás. Lo único que existen son personas que han recibido la adecuada orientación desde cuando estaban pequeñas y que gracias a esa orientación y a esa seguridad que les fue transmitida desde la niñez, lograron desarrollarse de maneras que muchas veces son impensables para los propios padres.

Todo lo que otra persona hace, cualquier persona lo puede hacer si se esfuerza y se entrega con pasión para aprender a hacer aquello que ve hacer a otras personas.

La vida está llena de incontable cantidad de grandes personajes que llegaron tan lejos como les fue posible, simplemente porque siguieron el ejemplo de otras personas que habían logrado en su vida todo aquello cuanto habían soñado.

Tu no vales

Cada ser humano es más valioso que todo el oro de este mundo. Cada ser humano por el simple hecho de existir, vale más que cualquier riqueza y cuando a los hijos se les enseña desde niños cuan valiosos son, al llegar a adultos simplemente son el reflejo de todo lo que brilla en su interior.

Nunca un padre debería decirle a un hijo pequeño que no vale. Todos los hijos valen y todos tienen talentos especiales que los padres deben ayudar a descubrir.

Cada hijo, cada ser humano, es como el cofre de un tesoro que debe será abierto para poder encontrar en su interior las riquezas que contiene, y en ese sentido, cada padre debe ser frente a sus hijos como aquel buscador de tesoros que espera encontrar una enorme fortuna en esa expedición llamada “crianza” y que se prolonga durante toda la vida.


Eres torpe y bruto

Cada niño nace con todas las competencias y habilidades más que necesarias para sobresalir a lo largo de la vida. Sin embargo, muchas veces cuando son pequeños, no logran expresar de una manera correcta toda esa capacidad que está contenida en su interior.

Al no ser los padres capaces de descubrir todo ese potencial, muchas veces minimizan a sus hijos de tal manera que les hacen creer que no tienen la inteligencia o las habilidades suficientes para destacarse y sobresalir en la vida, de la misma manera en que se destacan y sobresalen todas las demás personas que brillan en el mundo por sus propias capacidades.

No hay niños torpes ni brutos. El único torpe y bruto, es el padre que se atreve a tratar a sus hijos de esa manera, en lugar de buscar la forma de que sus propios hijos muestren todo aquello de lo que en realidad son capaces.

Los hijos en muchas ocasiones, se convierten en el saco de boxeo sobre el cual los padres desahogan todas sus frustraciones. Al fin y al cabo, los padres fueron de igual forma víctimas de la ignorancia de sus propios padres que no supieron cómo educarlos correctamente para sacar a relucir toda la belleza que reside en el interior de cada persona.

Si ese es su caso, y si usted desea romper con ese círculo vicioso en el que sus hijos se ven sometidos y condenados a repetir el mismo proceso de la vida de sus padres en el que, tal vez, nunca se pudo llegar a ser todo lo que se hubiera podido llegar a ser, entonces es una buena idea esforzarse como padres para no repetir esa misma historia con los propios hijos.


Motivar a los hijos desde niños con las frases correctas e indicadas como “tú puedes, “tú eres capaz”, “tú vales demasiado”, “tú eres muy inteligente”, “tú eres muy listo”, “tú eres un ganador”, “tú eres un triunfador”, etc., así como con el amor y el afecto necesario para desarrollar unas sanas emociones y para hacer sentir a los hijos que en realidad son parte importante de la vida, es la mejor manera de lograr que esos hijos logren alcanzar cada una de sus metas cuando sean personas adultas.


Los hijos son el tesoro más grande de los padres, y aquellos padres que logran darse cuenta de esto desde cuando sus hijos son pequeños, y actúan en consecuencia, dándole a sus hijos las herramientas necesarias para triunfar en la vida, que no son otras más que la seguridad de que tienen todo lo necesario para ser los mejores seres humanos posibles, entonces son aquellos padres que miran a sus hijos siempre con orgullo porque saben que ayudaron a que ellos se convirtieran en la mejor versión de sí mismos que podían llegar a ser.

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